Si mal no recuerdo esta nota corresponde a la cata del dia 31 de Enero. Últimamente tengo los planos
espacio-temporales manga por hombro por lo
que pido disculpas con antelación.
Es muy probable que salga un resumen de cata plagado de olvidos y alteraciones
y en el que a cada ovejita no tenga por qué tocarle su parejita. Aun así,
conservo en mi memoria los rasgos más destacados de los vinos que probamos o
sea que pierdan cuidado que no les liaré en lo fundamental, eso sí, extremen
las precauciones cuando de detalles concretos se trate, puede que el aroma a
moka no corresponda a tal vino o puede que el tono cobrizo no cubriera ese vino
sino aquel otro, de todas formas, me sorprendería mucho que a estas alturas siguieran
confiando en nuestro criterio. Pero…cosas veredes Sancho que non crederes.
Monólogo se llamaba el primer
vino que tomamos. Un Rioja crianza de
2009. Tempranillo en cuerpo y alma. Tiene un color morado muy intenso
con un rodapié (podemos llamar así a la zona donde el vino toca el cristal de la copa) más clarito
donde se aprecian las arrugas resultado de su estancia entre maderas. ¿A qué huele un Monologo?
Esta pregunta me recuerda a una que le hicieron a Butragueño los del programa
CQC ¿A qué huele el silencio? le preguntaron, qué cachondos. Pues un Monologo
huele a flores, flores blancas, tengo apuntado que huele a corona para una
tumba. Un poco a esmalte de uñas y un poco a lácteos. Huele muy bien. En la boca es un
poco aceitoso, de lágrima zalamera y juguetona. Es tranquilo, muy suave,
fluido, vaporoso incluso. Quizá le falte un poco mas de cabezoneria, en el sentido de empeñarse en permanecer en la boca.
Este vino nos encantó. Su
precio es de 5€ y creo que se puede comprar en el Carrefour.
El monólogo se quebró como
por un redoble de tambor. Un Ondarre, descorchado en segundos, jadeaba en el
centro de la mesa. Rioja reserva 2005. Resoplaba como un toro recién banderilleado.
Aun así, cuando lo servimos apreciamos aromas de habitación cerrada. Debía
abrirse un poco más. No es extraño, este multivarietal, elaborado con
Tempranillo, Mazuelo y Garnacha habia estado 16 meses aprisionado en una barrica.
A primera vista sorprende su
jovial color, guinda vivo. Con un rodapié del color del azafrán. Aromas a la vez a hierba
verde y fresca y a la vez a paja seca acarician la nariz.
Sorprendente contraste. Como
es natural tras su largo hospedaje en la barrica aparecen cambiantes aromas
tostados que devienen en humo, tabaco, café. En boca es potente de principio a
fin. El efecto lija de la madera lo ha convertido en algo delicado, como de
raso, dejando serenos los lados de la boca. Nos gustó muchísimo.
Su precio es de 5€.
El tercer vino de la noche
responde al nombre de Aljibes. Concebido enteramente con Cabernet franc en las Tierras de Castilla. Si no me equivoco es la primera vez que catamos esta uva. No tengo notas sobre su color (estaría distraído con el jamón) pero en consonancia con lo bien que olía y sabía puedo imaginármelo brillante como el "parqué" recién acuchillado y amoratado como un cardenal (de los que eligen a los Papas no, de los otros, los que salen cuando aprendes a montar en bicicleta).
Nos recibió con una orgía de olores que casi nos tira de espaldas. Moka, humo, caramelo café con leche, cuero, salían disparados de la copa como fuegos de artificio. Y en la boca....Guuuuaaaauuuuu!!! Descarado como una fulana, fresco como el agua del grifo corriendo por la nuca, duradero como una ereccion al alba, con elegancia, savoir faire, don de gentes....Increible vamos. Creo que nos sorprendió a todos.
No se cuanto cuesta, pero vale cada uno de los euros que se paguen por él.
Merlot.
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