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martes, 19 de febrero de 2013

Los Estados Unidos de Iberia.


   Ahora que los políticos han conseguido desprestigiar todas y cada una de las instituciones del Estado toca sacar algún conejo de la chistera que les sirva para seguir justificando su puesto y su sueldo. El lindo animalito se llama "inaplazable reforma federal de la Constitución". Ya lo repiten como un mantra.

   Nuestros representantes, que a duras penas sabrían decirnos en qué consiste un estado federal, han decidido que es precisamente la falta de federalismo lo que nos ha llevado hasta este girigay ingobernable que llamamos España. Pasan por alto, o lo que es peor, ignoran, que para federar es necesario que concurran estados soberanos que firmen ese pacto como "únicos dueños de su destino". En España no ocurre eso, lo contrario sería admitir que existen dentro del Estado territorios soberanos. Por tanto, es un gravísimo error de consecuencias inimaginables decir que se va a reformar la Constitución con fines federales cuando no hay estados soberanos que federar. Lo que habría que hacer es derogar la Constitución vigente y elaborar constituciones soberanas para cada uno de los territorios que quieran federarse. Después habría que redactar una Constitución que recoja el pacto entre los Estados y, ahora sí, que regule la naturaleza de las relaciones entre ellos. Así se construye un Estado Federal lo demás son Comunidades de Vecinos. El proceso es muy largo, costoso y, tratándose de España, de impredecibles consecuencias.


   Para hacernos una idea de lo que puede ocurrir podemos (y debemos) recurrir a la Historia. Ya sé que nuestra Historia casi siempre raspa, pero como buen exfoliante ayuda a eliminar el tejido muerto, que impide que brote el nuevo.

   España ya tuvo una Constitución Federal. Redactada con ese fin desde el principio. Fue en 1873, durante la I República En el artículo primero dedicado a la nación española la definía compuesta por Estados: Andalucía Alta, Baja, Castilla la Nueva, Cantabria..., vamos, un precedente del Estado de las Autonomías del 78.

   Lo curioso de todo esto es que mientras se iba redactando esta Constitución la realidad de los hechos la desbordaba y el federalismo que respaldaba se antojaba insuficiente para calmar los deseos independentistas que manifestaban muchas regiones.

   Los españolitos entonces, achuchados por la calor, decidieron que su pueblo era su patria y que el enemigo se atrincheraba cuatro leguas mas allá, en el pueblo de al lado. El ayuntamiento de Sevilla acordó transformarse en República, una semana después, Alcoy, sumido en una sangrienta revuelta se proclamo independiente. Les siguieron Cartagena, Almansa, Torrevieja, Castellón, Bailen, Andújar y un sin fin de pueblos y mancomunidades repartidos por toda la geografía española. Había comenzado la Revolución Cantonal.

   El Cantón más famoso y el que protagonizó los hechos más "gloriosos" fue el de Cartagena. En su puerto fondeaba lo mejor de la Armada española que quedó bajo el control del gobierno cantonal que la empleó para sembrar el terror por la costa mediterránea Es famosa la expedición contra "una potencia extranjera", Almería, para recaudar fondos. Al negarse los almerienses, los cartageneros (o cartagineses) bombardearon la ciudad y la tomaron al asalto. Al final, el gobierno de la República (el de Madrid) tuvo que pedir a las armadas británicas y alemanas (¡¡¡qué bochorno!!!) que apresaran a los barcos cartageneros como si fueran piratas.

   Episodios de estos hubo muchísimos Destaco uno más: la independencia del pueblo manchego de Camuñas, de no más de 1000 habitantes, patria del tío Camuñas, famoso guerrillero durante la guerra contra los franceses. Allí se expulsó al sacerdote católico y lo cambiaron por uno protestante, con lo que se la conoció como la Ginebra manchega. Incluso se llegaron a hacer moldes para acuñar moneda propia.

   Estos sucesos evidencian de forma descarnada y tragicómica la esencia del ser español a la vez que muestran lo inconveniente de abrir un proceso de reforma federal, porque una vez iniciado ¿quién pone los límites territoriales de las futuras naciones a federar? ¿O es que piensan que el futuro estado federal lo constituirán las autonomías tal y como las conocemos ahora? Venga ya. Con lo fácil que es levantar hoy en día pequeñas nacioncillas en facebook o en twitter y dar comienzo a una nueva Revolución cantonal. Porque si a Cataluña le va mejor sin España, ¿por qué no le va a ir mejor a León sin Castilla, o a el Bierzo sin León o a Ponferrada independiente? En cuanto los de Cartagena se enteren de su glorioso pasado, cuando surcaban bravos los mares, cuando en su imperio casi no se ponía el sol, ¿van a querer seguir perteneciendo a Murcia? ¿Y los de Camuñas?, que tienen incluso al héroe que derramó la sangre contra los franceses por su independencia. A ver cómo les impides convertirse en el vigésimo quinto o vigésimo sexto estado de los Estados Unidos de Iberia.




Merlot

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