Encuentra en Amalauva

jueves, 31 de enero de 2013

Lincoln y el colmo.


   Gracias a la última película de  Spielberg en estos días oímos hablar con insistencia de las virtudes que deben adornar a los líderes, de las bondades de  aquellos que como Lincoln se echaron  sobre sus hombros  el destino de las naciones, de las capacidades de quienes guian   a los pueblos en los momentos dificiles y con su sacrificio les animan a continuar luchando. 
Joder, mira que estrenarla precisamente ahora. Ahora que la corrupción alcanza en nuestro país las más gloriosas cotas y que parece más bien que nuestros líderes se echaran  sobre sus bolsillos nuestro destino, viene el de E.T a restregarnos a su decimosexto presidente. Menos mal que no hay versión en 3D.
   Y es que esto ya es el colmo. Estoy tan cabreado que no creo que la cata de esta noche sirva para calmar mi instinto de sanguinario sans-culotte. No sé qué me molesta más de lo que cuenta hoy El País sobre la contabilidad B del PP, si la posibilidad de que altos cargos del partido cobraran sobresueldos de dudosa procedencia o que el tesorero lo llevara apuntado en las hojitas esas de toda la vida, las de la columna del DEBE y las del HABER. Qué menos que un fichero encriptado. Macho, que son “mordidas” destinadas a y aceptadas por los gerifaltes de tu partido. Decantarse por los métodos tradicionales  a la hora de consignar asientos contables que no se deben contar, denota una despreocupación propia de aquel que se sabe y se siente impune. Seguro que guardaba los papelajos en cajas de puros. Encontramos el mismo modus operandi en los correos del Zar Urdangarin. Aquí al menos son electrónicos. Pero el contenido supura la misma indiferencia. Un lenguaje chabacano, insolente y perdonavidas propio de quien cree estar por encima del bien y del mal. No voy a hablar de los Pujol-Ferrusola porque cada día entiendo menos a un catalán cuando habla en castellano. ¿Ese habla flemática (tanto en el sentido de parsimonia como en el de mucosidad), como coño les sale? ¿Será el cava?. Solo sé que hay cuentas y que están en Suiza.
    Y yo me pregunto. ¿No nos merecemos los españoles que nos roben con más delicadeza? ¿Tienen que ser tan obscenos? ¿Es que no les merecemos respeto ni siquiera cuando nos expolian? No tendremos nosotros, el pueblo, la culpa de que nos traten con tanta arrogancia y desprecio. ¿Es que no podemos hacer nada?, ¿Es que no vamos a hacer nada?. Me temo que ahora tampoco.

   Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de los EEUU, dijo una vez: 

   “Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.”

   Lincoln no conocía a los españoles. Gentes que pueden ser engañadas todo el tiempo.


Merlot

No hay comentarios:

Publicar un comentario