Empezamos la noche con este vino que promete grandes cosas, y nos damos cuenta nada más descorcharlo, deja aromas en el corcho que no suele ser muy normal (vainilla, canela).
Una vez servido nos viene olor a cerrado, pero enseguida desaparece (creemos que el corcho se llevó parte del aroma).
Enseguida aparecen aromas a vainilla, muy poca fruta y recuerdos a las natillas de mi madre, que estaban buenísimas por cierto.
En boca muy suave, agradable y de nuevo aparece la vainilla. En definitiva, un vino que acompaña perfectamente una velada con amigos y con unos buenos platos en la mesa.
En nuestro caso hizo muy buena amistad con nuestro jamón, queso y unos ricos mejillones en escabeche.
RIETOS (Ribera de Duero, Roble 2009)
Y así fue, un olor muy característico a fruta madura. Como casi siempre, buscamos similitudes con recuerdos para explicar a qué nos sabe, a qué nos huele, etc., y en este caso a mí me recuerda a la despensa de mi abuelo en la que, entre otras cosas, siempre había tres o cuatro melones, y nada más abrir la puerta, te venía ese olor a melón. Oliendo el vino pasó algo muy parecido.
En boca nos dijo más cosas que el anterior: acidez, más contundente, parecía que explotaban los sabores por todas las partes de la boca.
En conclusión, un vino joven con grandes expectativas. Un aprobado alto.
En nariz olores a frutas rojas,toques tostados,color muy oscuro,sin grandes sorpresas.
En boca, quizás el que más llena de los tres. Más sabor a vino. Decidimos cortar un poco más de queso porque le iba que ni pintado; la mezcla era la adecuada.
Esta cata va dedicada a nuestro 5º elemento que, por cuestiones de trabajo, va a causar baja por una temporada. ¡¡¡VA POR USTED!!! ¡SALUD!.
Tempranillo
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