Hoy
como muchas otras noches la cata se convierte en la escusa perfecta para
debatir los temas de actualidad, sin que puedan faltar sus dosis de humor e ironía.
Esta noche, como no podía ser de otra manera, el primer vino de origen francés
dio pie a uno de los debates de la noche. Y es ese inevitable sentimiento de
inferioridad cuando nos enfrentamos a nuestros vecinos europeos, como si el
buen gusto y el saber hacer, no fuera un atributo de este país.
Antoine – Barrier 2011
Pinot Noir
Este
vino tiene un color poco intenso, comparable a los vinos que nosotros conocemos
como claretes. Tiene un aroma a fresa y
palote. Apagado tanto en color como en aroma. El sabor es suave y poco
refinado.
En boca poco que destacar. Un vino de mesa de lo más normal, de
cooperativa, eso sí: francés.
Podemos concluir que pueden hacer unos vinos tan
malos como nosotros.
Argentina
Malbec
Al
descorchar este vino nuestros rostros resplandecen de satisfacción después del
fiasco anterior. ¡Esto es otra cosa! Oscuro picota intenso.
Mucho aroma a
frutas viejas predominando la ciruela.
En boca potente, como un licor. Largo sabroso, equilibrado y alegre. Manifiesta
poca sensación alcohólica (seguro
que engaña).
Pasado un rato llega una madera suave. Es un vino con muchos
matices y todos buenos. Todas sus cualidades se mantiene sin decaer. “Gran
vino”.
L´Ainsa
D.O.Somontano
Color
mora oscuro como el anterior. Predomina su aroma a vino joven con esos matices
a laca. Buena corona y lágrima.
En
boca es cítrico con poca fruta, retrogusto algo alcohólico. Es
agradable pero sin matices de relevancia.
El
último vino en ser catado siempre queda relegado y es menos comentado, será que
las fuerzas decaen después de una
larga jornada….
Mencía
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