Esta noche traemos a
la mesa de Amalauva tres vinos que destacan por su alta graduación y es que en
Madrid, estos días, está haciendo un frío del carajo y cada uno se calienta con
lo que puede.
Se trata pues de vinos potentes, de pegada directa a la boca del
estómago seguida de áspera sacudida
eléctrica. Ni siquiera impermeabilizando la boca con la grasilla del ibérico
vamos a evitar el chirriar de dientes.
Bien.
Abrimos un Homenaje, vino navarro confeccionado con el
tándem tempranillo-cabernet sauvignon.
Llama la atención por su originalidad tanto
la forma de la botella como el diseño de la etiqueta. Una y otra esconden un
vino de unos 14º, de un bonito color rojo con ribetes violáceos, con una
presencia insultante del alcohol en nariz y que en boca se muestra sedoso,
carnoso, gustoso con un remate lácteo. No hay fruta por ningún lado.
Como digo,
predominio absoluto del alcohol y mala evolución hacia aromas a goma y caucho.
Pasable.
El siguiente viene de Zamora, Venta Mazarrón se llama.
Tempranillo puro con ocho meses en barrica presenta un vivo color rojo matizado
con violetas.
Al instante comparecen los aromas afrutados revueltos con notas alcohólicas.
Esperamos un poco por si hay algo más y en efecto aparecen olores a madera,
tostados y alguna especia.
En boca resulta muy agradable y sorprendentemente cítrico.
Un buen vino.
Terminamos con Pico de Aneto. Un somontano reserva 2008.
Tiene
un color inadecuado para un reserva. Demasiado colorido. Bastante débil en
nariz si exceptuamos las punzadas alcohólicas.
En boca se muestra agresivo con
regusto pendenciero. Coincidimos: Bastante malo.
Lo verdaderamente interesante de esta noche ha sido el tema
de conversación: “Melones. Usos y costumbres. De los Piel de Sapo a los Cantaloup.”… Fascinante.
Merlot
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