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sábado, 31 de marzo de 2012

Diálogo con el vino (y II).



   Como ya supondrá quien haya leído la primera parte de esta entrada, esta semana adelantamos el día de cata,  del jueves lo pasamos al miércoles. La cata de la próxima semana también sufrirá cambios, pasará del jueves al martes.
   El miércoles pasado  nos enfrentamos a dos viejos conocidos:

 
 Nova Joven
        Durius Reserva 2006                                             Nova Reserva 2004



   Comenzamos con el Nova:

   Es un vino 100% Tempranillo que ha pasado 16 meses en barrica de roble francés y americano y antes de salir al mercado ha estado en botella 32 meses. Desde el mismo momento en que lo descorchas puede apreciarse su aroma equilibrado, como un suave perfume. Lo dejamos abierto un momento y lo servimos. El color es rojo intenso, hondo. Al olerlo detectamos inmediatamente las maderas y un montón de aromas que, por el momento, nos resulta mas dificil identificar, nos recordaban, como bien dijo Tinto a una granada (la fruta) estrujada. El verbo estrujar es  perfecto para describir la sensación olfativa.

   Lo probamos. Tras darle unas vueltas en la boca lo primero que destaca es su permanencia. Este rasgo quedó perfectamente definido en nuestra "nueva lengua" con el termino Barnizar que encontró Mencia. Efectivamente, el vino barnizaba la boca, era dificil de despegar, y no es que quisieramos hacerlo, pues la sensacion era muy agradable. Habia venido para quedarse. Daba pena beberselo.

   Alguien no recuerdo quien, dijo que no era una nova sino una supernova. Acertadisimo.

   Los taninos,  poderosos. Notamos rápidamente la acidez típica de los Ribera.

   Al tragarlo, tampoco me acuerdo quien, creo que fue Tempranillo dijo que golpeaba la campanilla como si esta fuera un puching ball.

   En resumen, se trata de un vino armónico, equilibrado y potente. Más para disfrutarlo en grupo que en una velada romántica. Recomendamos tener la botella abierta mas tiempo del que la tuvimos nosotros, entre 10 o 15 minutos estaría bien.

   Parece ser que este vino ya no se elabora. Si alguien tiene mas informacion sobre este punto, por favor, que nos la envíe a amalauva@gmail.com.

   Con ansia, atacamos el Durius:
   El corcho lleva grabado el hierro de la bodega, que no se a quien, creo que fue a ML, le pareció una advertencia ambigua, es especialmente indicado para mujeres o qué?.


   Se trata de un 100% tempranillo de las Tierras de Castilla y Leon. Antes del embotellado se  somete a un leve  filtrado lo que puede dar lugar a la aparición de posos en algunas botellas. Ha estado entre 6 y 8 meses en barrica.

   Lo primero que notamos al abrirlo fue el olor a tierra húmeda, no hacia presagiar nada bueno, amenazaba tormenta. Color rojo teja, mas o menos. Estuvimos discutiendo hasta que encontramos el término adecuado,  "sangre en albero" (creo que fue Tinto o Mencia quien lo dijo). Muy adecuado, pues tanto el olor como el color anunciaban  tragedia. Lo movimos en la copa. Fue ese momento el que cuento en la entrada anterior, donde explico como surgio el termino Aurora Boreal para referirnos al efecto que producía en el cristal de la copa. El paso por la boca quedó certeramente definido por Tinto como zigzagueante. El sabor,  no muy expresivo y un poco aspero, astrigente creo que se dice. Se desprendía al final de la boca sin dejar recuerdo ninguno.

   En resumen, un vino normal, al que hace algunas semanas le hubieramos dado una nota mas alta pero ahora que estamos mas preparados...creo que  no.

   Maridamos ambos vinos con un chorizo torpón y una especie de butifarra cordobesa que resultó agradable y reconstituyente.

   La importancia de esta cata no estriba en la calidad de los vinos sino, como dije en la entrada anterior,  en el descubrimiento metodológico que supuso hablar con el vino con nuestra propias palabras.


Merlot



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