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martes, 13 de noviembre de 2012

Super, superman, Don’t you understand we love you?

Aquel problema aritmético propuesto por nuestra insigne alcaldesa de Madrid formulado como  "Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos” ha sido sorprendentemente resuelto.

 
A pesar de la oposición, estética en algunos casos, etimológica en otros, de profundas convicciones ultrarreligiosas, “ultranosequé”, dejémoslo en “ultraviejunas”, de una parte del partido del gobierno, el Tribunal Constitucional ha resuelto este problema.


Aunque el sentido común parecía indicar que el “problema” del matrimonio homosexual debía tener una solución trivial, plasmar el “como queríamos demostrar” ha costado tanto como si estuviéramos dando solución al teorema de incompletitud de Godel. Por eso, tras tantos años, uno esperaba una formulación más sesuda y no una ejecución más parecida a la de Alejandro Magno para deshacer el nudo gordiano. Eso sí, el tajo de espada es un método irrefutable.
Sea como fuere, lo importante en mi opinión, es que se ha puesto fin a una ridícula situación y estoy seguro que, más que las parejas afectadas (dudo que realmente tuvieran miedo de que la ley se pudiera echar atrás), los que han respirado son aquellos que se oponían, muchos de ellos como pose, para dar gusto a un sector de su electorado: con todo mi respeto, el más rancio.
No se puede cambiar el pensamiento de la sociedad de la noche a la mañana. El ojo debe hacerse a la luz. Quiero creer que la sociedad, de forma más lenta o más rápida, llega a ver con normalidad la realidad, sobre todo cuando esta realidad da carta de naturaleza a situaciones que atañen a la libertad íntima del individuo, al consentimiento mutuo de dos seres en mantener una relación de pareja sea cuál sea el sexo de cada uno de los individuos.
Sirva esta introducción para que se me interprete sin equívocos, y tampoco se me considere incongruente, cuando exponga lo que me sugiere la lectura de este interesante artículo:
El artículo escrito por David Alandete el pasado jueves 8 de Noviembre, pone algunos ejemplos de cómo se han ido transformando los mensajes de los más conocidos cómics americanos según las distintas épocas de la reciente historia, de forma que los superhéroes han ido mostrando y fomentando ciertas conductas o bien las han ocultado y reprimido. Los protagonistas han marcado tendencias de pensamiento y han mostrado comportamientos de la sociedad del momento. Las editoriales (Marvel y DC principalmente, han aleccionado a los lectores con mensajes dictados desde los estamentos gubernamentales (y paragubernamentales también, no hay más que pensar en la caza de brujas) pero también desde sus propios criterios (más o menos comerciales y discutibles) cuando han podido hacerlo con mayor libertad.
Grandes personajes surgidos a finales de los 30 y principios de los años cuarenta, en el final de la Gran depresión y en la antesala de la 2ª guerra mundial encarnaban valores patrióticos. En esta época son creados Supermán (1938), Linterna Verde (1940) y Capitán América (1941). Los superhéroes de aquella época y hasta los 60 eran viriles y representaban la idea de vigilancia justiciera para defender la seguridad nacional.
Según el artículo, en los 50, los comics son denostados, se habla de malas influencias en los jóvenes. Incluso algún “esquizoide” escribe un libro donde se critica por ejemplo las relaciones “homoeróticas” que pueden encontrarse en las aventuras de Batman y Robin, o la inclinación “antimasculina de Wonder Woman y sus aliadas”.
Visión curiosa pues en aquella época las grandes editoriales de EE UU se acogían a un código de decencia, titulado Comics Code Authority, diseñado en plena época del macartismo que entre otras cosas prohibía referencias homosexuales.
David Alandete comenta el giro en los 60 hacia superhéroes mutantes considerados como parias, denostados por la sociedad, que debían demostrar civismo ante las dudas de la sociedad. Los personajes y el discurso editorial siguen evolucionando hasta nuestros días. A finales de los 80 el viejo código macartiano, da un giro hasta pedir a los creadores que demostraran sensibilidad a la hora de reflejar "orientaciones nacionales, éticas, religiosas, sexuales, políticas y socioeconómicas"          
Como un paso más en la normalización de la sociedad americana, durante los últimos 30 – 40 años afloran personajes homosexuales en los comics. En 1979, aparece NorthStar, aunque no sale del armario hasta 1992.
Y entonces ocurrió: Héroes que hasta entonces no habían tenido esta orientación homosexual fueron reinventados como tales. ¿Por qué? ¿Por qué un interés en “mutar” a los personajes en lo que no son? Batwoman, creada en 1956 se recrea como lesbiana en 2006. Bien, si hasta entonces no habíamos conocido sobre su vida privada, puede ser aceptable. Pero las editoriales dan una vuelta de tuerca y cambian la historia…
Linterna Verde, a lo largo de su vida editorial ha tenido varias identidades. La más conocida, al original era encarnada por Alan Scott, casado y padre de 2 hijos en su vida privada en los años 40, se reinventa en junio de 2012 como un joven gay y aparece besándose abiértamente en el mundo Start2.
Yo tuve un catedrático en la facultad de informática, José María, casado y con 2 hijos, que un día decidió cambiar de sexo y llamarse June. Aunque no es mi héroe, tengo que decir que le echó un par de huevos presentándose en el nuevo curso con su falda y sus tacones, siu pelo largo y su maquillajes. Pero no por eso dejo de tener 2 hijos m¡ni pudo borrar su pasado de casados.
En fin, parece que, al final, todo vale y no nos conformamos con ver con total normalidad la sexualidad del otro, sino que tenemos un afán por cambiarla. Y debe tener sus réditos comerciales, por lo visto.
Pues bien, visto lo visto, intentémoslo. Propongo recrear un héroe nacional, que encarne nuestros valores, y convertirle en gay. No, no estoy pensando en Mariano, no seáis obvios.
Quizás este nuevo héroe nos saque de la crisis (siempre le podríamos rebautizar como El Brote Verde). Veamos que tenemos:
-          Super López...¿con quién?. Vayamos más atrás en el tiempo
-          ¿El Jabato y… Fideo? ¿o Taurus? ¿Claudia bisexual?
-          ¿Capitán Trueno con Crispín?
-          ¿Roberto Alcázar y Pedrín? ¿El guerrero del antifaz?
     
No lo veo, no sabría cómo darles ese toque de modernidad que necesita el personaje para vender en un mundo como el de hoy.
Vamos a ver, nuestro personaje tiene que ser un soltero que vive en su casa rodeado de mujeres (lo cuál según la psicología antigua justificaría su “enfermedad”) Debe ser refinado, con gusto por la cultura. De vestimenta estrafalaria, tiene su musa tipo Mónica Naranjo o así, a la que cita como su amor platónico para disimular, cuando en realidad está enamorado de su vecino, un hombre rudo y primitivo, ¿un oso, quizás?
Nuestro personaje, un buen día se liará la manta a la cabeza y se escapará con el vecino a vivir su aventura, fuera de convencionalismos. Encontrará el rechazo de la sociedad y en particular de los suyos. Nuestra historia, podría reescribirse así:
“En un garito de Chueca de cuyo nombre no quiero acordarme…”
Graciano

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