En una de las últimas incursiones del amigo Merlot en el país vecino ha secuestrado este vino para ser evaluado en la mesa de Amalauva.
Este vino es sorprendente desde el primer instante en que se descorcha la botella.
De color intenso, destaca en la copa por un borde muy alto y un aspecto graso (aceitoso)
Los primeros aromas son lácteos pero muy intensos, como un queso fresco. En el paladar es suave, fresco y sedoso.
Muestra muchos matices que nos evoca campos de hierba fresca. Es un vino para el que quiere distanciarse de los clasicismos y encontrar algo distinto. Aunque siempre nos cuesta hay que reconocer que estos franceses hacen unos vinos extraordinarios.
Mencía
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