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martes, 27 de noviembre de 2012

Cata 22 de noviembre de 2012.

   Dios mio, tendríais que habernos visto aquella noche.
   Todo empezó un poco antes y un poco más lejos, en el almacén de Mencia. Ordenando los bultos desparramados por todos sitios Mencia encontró lo que parecía ser una botella de vino cubierta por el polvo y las telarañas. Intuyendo su valor y  sin perder un segundo, la envolvió en un trapo limpio para preservarla de los últimos rayos de luz de la tarde, la acunó entre sus brazos como a una criatura recién nacida y con el rostro resplandeciente por la excitación recorrió los escasos metros que le separaban del coche, se subió a él y condujo aturdido hasta la sede de Amalauva. Una vez allí, nos hizo participes del descubrimiento:  un reserva de 1996, un Faustino V.
   Mientras abríamos la botella, con cuidado para no romper el corcho, no pude evitar pensar en los arqueólogos que descubrieron la tumba de Tutankamon. Seguro que sus corazones estaban igual de agitados que los nuestros cuando  retiraron la losa que cubría el féretro del antiguo faraón. Hubo un momento de tensión cuando pareció que el corcho se quebraría dando al traste con nuestra empresa, pero Mencia, haciendo gala de un temple nohumano logró con un sutil golpe de muñeca extraer el corcho de una pieza. Finalmente, todo salió bien. A primera vista, el vino parecía estar bien.Para celebrarlo "descorchamos" varios "blisters" de jamón ibérico y queso manchego y nos dispusimos a probarlo. 



   Milagrosamente gozaba de buena salud. Algunos achaque y dolencias propios de la edad, pero nada con lo que no contáramos. Tenia un  color teja pálido con ribetes amarillentos. En nariz nos dio un olor penetrante a maderas nobles mezclado con pegamento, un olor a la resina de los pinos o los olivos. Evolucionaba rápidamente  pasando de los aromas puros a maderas a otros mas complejos como tabaco, cenizas, humo de chimenea. En boca, tonos sutiles a coñac y vino dulce. Movimientos dulces, sedosos aunque con poco aporte de sabor. Se deslizaba por la garganta como un picardías de raso por el cuerpo de una mujer. Una grata experiencia, mas por el hecho de descorchar algo tan añejo que por sus características organolépticas.

   La segunda botella de la noche fue un Azabache Crianza 2007. Ya probamos este vino en otra ocasión  y hay una nota de cata. Decir únicamente que al probar este vino fue como si se abrieran de par en par las puertas y ventanas de una habitación cerrada durante años. Entró un torrente de aire fresco que barrio de inmediato el ambiente envejecido y con solera con el que el Faustino V había impregnado la atmósfera.




   La tercera botella, un Viña Pomal Crianza 2009. Es un vino correctísimo en todos los aspectos. Un vino proporcionado, como hecho con escuadra y cartabón. Vino geométrico. Su color al cuadrado es igual a la suma del sabor a fruta madura al cuadrado y del cuadrado del aroma a torrefactos.



                                                            Merlot.





   

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