La mujer y el vino: historia de un desamor.

 

 Cuesta creer lo mucho que ha cambiado en los dos últimos siglos  el papel de la mujer en la sociedad. Estos cambios pueden seguirse sobre todo, en los trayectos que culminan por un lado en la liberación sexual y por el otro en la obtención  del derecho al voto. En cuanto a la primera, estas fotos lo atestiguan claramente.

Primer modelo de consolador s.XIX.

Lo más de lo más.

Hay una diferencia de más de cien años entre una y otra. No se puede negar que ha habido una firme voluntad de cambio.

   En cuanto a la segunda,  se detecta  cierta insatisfacción por cuanto que la esencia de los problemas que afectan al género femenino sigue sin tratarse a fondo en el discurso político

 Por curiosidad, decir que el artilugio de la primera foto se utilizó para tratar una enfermedad conocida desde la antigüedad como “histeria femenina” que no era mas que  privación sexual y que “sorprendentemente” aparecía  en mayor proporción en monjas, vírgenes y viudas. (Joder, esto pide a gritos un artículo más extenso)

   Los instrumentos de la segunda foto son más modernos, los he traído aquí desde el periódico “El mundo” y sirven, lo mismo para un orgasmo que para una limpieza de boca en el dentista.

   Todo esto hace que me pregunte si la mujer ha sufrido una evolución similar en su relación con el vino.

  No nos han llegado muchas noticias del papel de la mujer en las sociedades antiguas. Textos mesopotámicos se refieren a la mujer como dedicada a hacer vino y a venderlo. En el antiguo Egipto, en honor a la  diosa Hathor, diosa del amor, la alegría, las danza y la música y patrona de los ebrios se celebraban ritos famosos por la cantidad de vino derramada por sus sacerdotisas. Hay incluso representaciones de mujeres vomitando y pidiendo mas vino.

   En la biblia se dice que el vino no es mas recomendable para una mujer que para un hombre, luego se trata a los dos por igual.

   En las civilizaciones clásicas, Grecia y Roma el acceso de las mujeres a la bebida o a los actos en común donde se bebía estuvo muy  restringido, y su relación con el vino quedo relegada a funerales donde lo derramaban sobre la tumba. Según algunos testimonios, la sociedad griega en general reprobaba el consumo de vino por las mujeres. Sin embargo, según otros, les gustaba el “vino viejo y los hombre jóvenes”.

   La Edad Media no alivió la situación de la mujer. Tampoco en su relación con el vino. Era costumbre muy extendida prohibir el paso a las bodegas a las mujeres durante la menstruación porque se pensaba que estropeaban el vino.

   No es hasta finales del siglo XVIII cuando la mujer irrumpe con nombre propio en la historia del vino. Es un mujer, quien en Francia forja la marca comercial de Champagne más importante de la historia, Cliquot, además de mejorar el método para elaborar champagne. En la historia del Champagne están presentes muchas mujeres, curiosamente todas viudas.

   En la actualidad, el panorama vitivinícola parece  un poquito mas accesible para la mujer, como ejemplo sirven las bodegas Mouton Rotchild y Chateau Margaux  lideradas por mujeres.

   No hay ninguna razón para no darle a la mujer un papel protagonista en esto de los vinos, sobre todo, cuando hay estudios que demuestran que  la madre naturaleza les ha dotado  de unos sentidos más desarrollados que los de los hombres. La razón hay que buscarla, como siempre, en la maternidad, que potenciaría los sentidos para  poder detectar aquellas sustancias químicas que pudieran resultar peligrosos para la cría. Ya se sabe que en época de gestación la mujer es más sensible a los olores.

   Así que  una recomendación, tengan al lado una mujer cuando vayan a beber vino, os salvará de una muerte segura si el vino está envenenado (si es que os quiere, claro).

P.D:

   La tentación de hacer chistecillos fáciles ha sido muy grande, sobre todo cuando me imaginaba a las egipcias vomitando y a los romanos prohibiendo el paso a las mujeres a sus fiestas, quizá porque hablaban demasiado.

Merlot