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martes, 17 de abril de 2012

Mitos y leyendas


Desde la niñez  fui un apasionado de la mitología y de esas historias asombrosas que transcurrían en lugares remotos y  encantados. Con personajes que hacían “volar la mente “y sentirnos héroes o villanos (según los casos) de aventuras que no terminaban nunca.

¿Quién no ha soñado con dragones, ciclopes, unicornios...y deidades como Hércules, Neptuno o Apolo?
Cuando uno llega a la pubertad está demasiado ocupado para seguir a tanto ser mitológico y lo normal es reducirlo a uno, en ese momento para la mayoría el más importante de todos  es Baco. Con él se suelen explorar lugares y situaciones nunca vividas, y resulta un buen referente para pasar unos años de no saber “a ciencia cierta” qué hacer con nuestra existencia.

Todo pasa, y después de algunos años más en los cuales uno cree que ha forjando un criterio propio sobre un gran número de temas transcendentales y quizás a punto de resolver un enigma a escala universal. Alguien distrae nuestra atención de tan importante investigación, para volver a hablarnos de mitología.

Evocando el estilo de los grandes mitos y leyendas de la antigüedad, llegan noticias sobre una gran batida de caza. El objetivo es un ser mitológico bien conocido por los habitantes de Iberia, el Elefante Blanco, un ser muy buscado durante décadas y no encontrado al día de hoy, y que conocemos de su existencia  por algunos indicios. Durante años y sobre todo en el año 81 fue fruto de grandes estudios e investigaciones.
Opino que es necesario un gran conocimiento en paquidermos y un entrenamiento de años en su habitat natural para descubrir al que se mueve entre lo real y lo irreal, lo legendario y lo común, entre la verdad y la mentira. La habilidad  para ocultar sus movimientos, a pesar de su gran tamaño, es legendaria.
Su última ubicación conocida apunta a un lugar en el sur de África, en un país llamado Botswuana. Donde al gran paquidermo le gusta desplazarse, con gran sigilo, para reunirse con sus congéneres y liderar la manada.

Al  parecer, en su último encuentro con el clan, hubo una lucha por la hegemonía en el territorio. En esta lucha desigual, ya sabemos que el “gran blanco” nunca juega limpio, en un descuido, cayó y fue herido levemente, no sin antes haber derribado a un gran ejemplar de colmillos afilados. Ante el temor de una eventual reacción de cólera de sus congéneres, en una jugada astuta, desapareció y se refugió en su residencia de Iberia.

Se especula con la posibilidad de que pudiera dejar la jefatura del clan, debido a su edad y delicada salud. Pero todos sabemos de las reacciones imprevisibles de los  elefantes cuando están  acorralados, habrá que esperar.

Yo por mi parte, creo no estar preparado para soportar nuevos mitos .Me quedaré con uno de los antiguos que siempre me gustó…Baco.

                                                                  
Mencía

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