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jueves, 12 de abril de 2012

Corchos sonoros



Puedo entender y compartir la prohibición de no vender o servir alcohol a menores de edad. Pero si el fin que perseguimos es el bienestar y la salud de los más jóvenes, hay conductas más dañinas que una copita de vino (seguro que todavía recordáis la quina Santa Catalina y su eslogan comercial)… Eran otros tiempos.

El otro día al descorchar una botella de Martínez Corta (un vino que seguro no habéis olvidado) recordé una frase de nuestro amigo Tempranillo “al abrir la botella sonó como un tiro”.Al instante me vinieron a la mente, algo tantas veces oído y ya casi olvidado, el sonido de los cartuchos al ser detonados, y lo distinto que suenan estos  dependiendo del tipo y del arma que se utilice.

En este caso me sonó a un tiro de escopeta del calibre 36, que se utiliza por lo general en caza menor, salvo que seas un menor de edad con un nombre muy largo, rebuscado y prácticamente impronunciable. En estos casos se utiliza para llenar de perdigones el pie propio o practicar el tiro al blanco con algún miembro de la familia, eso sí, siguiendo la tradición y el protocolo. Al igual que hay familias que están ligadas al vino hay otras que lo están a las armas.

Este tipo de caza es novedoso para mí. ¿Qué es: caza mayor o menor? Ah, ya se: es caza al pie distraído de un menor.

Sólo he conocido dos casos en los que alguien se disparase en un pie. El primero el de un soldado, con el propósito de ser licenciado del servicio militar. El segundo el de un cazador, poco experto, al disparar a un conejo que pasaba entre sus piernas. Pero creo que en este caso, el conejo con chistera no paso por allí. Pero quizás, sí había un adulto con chistera que no cumplió con su obligación.

Bueno, continuaré dando "unos tiritos"a  mi copa de Martínez Corta y me quedo con mis pensamientos en privado.


Mencía

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